Pequeño libro de gratitud sagrada del padre Frederick Faber

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La penitencia aguda por los pecados recordados ayuda a los cristianos valientes a tomar el cielo, pero las almas más suaves como Nuestra Señora Bendita y decenas de sus santos han recorrido un camino diferente. Sus almas están poseídas por la gratitud, inspiradas por el recuerdo de beneficios pasados ​​y llenas de asombro ante la abundante bondad amorosa de Dios.

Como lo muestra el padre Faber, la gratitud es el suelo fértil del que brota un amor ardiente y exuberante de Cristo, un amor que también puede ser tuyo. Estas sabias páginas revelan el papel fundamental que juega la gratitud en tu santificación, y te recordarán las muchas cosas que el Señor te ha dado por las cuales deberías estar agradecido cada momento de cada día. Aquí también aprenderás:

  • Que la acción de gracias es la esencia misma de la adoración cristiana.
  • ¿Por qué la gratitud es el camino más fácil al cielo y el camino más seguro a la alegría?
  • Cómo la gratitud disuelve el orgullo aún más rápido que la penitencia
  • Cómo la gratitud puede hacerte gustar a los ángeles mismos
  • Esa ingratitud es el pecado oculto de demasiadas personas buenas (¿Qué hay de ti?)
  • Por qué deberías estar agradecido, sí, por las bendiciones recibidas por tus enemigos
  • Cómo la gratitud a menudo gana almas más rápido que la predicación
  • Por qué es escandaloso que descuidemos más la gratitud que la oración
  • ¿Por qué deberías estar agradecido por tus problemas?
  • Esa gratitud trae muchas más bendiciones de las que la mayoría de nosotros sospechamos.
  • Escuche en este pequeño libro las voces de tantos santos que sabían que la gratitud es la clave de la santidad: San Alfonso de Liguori, San Bernardo de Claraval, San Buenaventura, Santa Brígida de Suecia, Santa Catalina de Siena, San Francisco de Sales, San Francisco Xavier, San Gertrudis, San Gregorio de Nisa, San Ignacio de Loyola, Santa Jane Frances de Chantal, San Jerónimo, San Juan Crisóstomo, San Juan de Ávila, San Juan de Dios, San Lorenzo Justiniano, San Luis de Francia, San Pedro Faber, San Felipe Neri, Santa Teresa de Ávila, Santo Tomás de Aquino y muchos otros.